miércoles, 24 de octubre de 2012

¡Censuremos el Facebook!

El vicepresidente de Bolivia, ahora se está dedicando a una tarea poco más que herculeana, ha decidido entrar a las redes sociales a anotar, con nombre y apellido, quienes están insultando al estúpido que tiene de presidente (ups, creo que la acabo de cagar).

Además, con muchísimo orgullo le comunico a los bolivianos que nuestros impuestos (bueno, hablemos de esa minoría que los paga) se están malgastando en analizar cómo podemos controlar lo que dice la gente en las redes sociales, están viendo la mejor forma de regular los comentarios, están pensando cómo callar a los que utilizan estos medios para manifestarse en contra del dizque presidente, ¡ejemplar democracia!.

Los insultos al presidente (y su séquito de funcionarios) de un país son bastante comunes, junto con las críticas, las protestas, etc., y fueron siempre comunes, ¿porqué de pronto el escándalo al respecto? ¿porqué dedicarse a la cacería de brujas en vez de demostrar con acciones que los habladores están equivocados? ¿porqué esforzarse en en cambiar los comentarios, en lugar de las opiniones?.

Algunas tentativas de respuesta: porque el gobierno de Bolivia no puede manipular esa información, no puede ejercer control político como lo hace con los medios convencionales, y esa es una propaganda en contra que no desean, y menos aún una propaganda en contra que se puede ver en cualquier lugar del mundo, además, tienen que tomar sus previsiones para tener adormecida la opinión pública, es peligroso de que los descontentos se enteren que no están solos, es peligroso que la gente piense el porqué del descontento, es peligroso que la gente siga cuestionando, a eso debemos aumentarle que el MAS quiere continuar destruyendo Bolivia por más tiempo, por lo que les conviene tener a la gente calladita para la elección del 2014, y qué mejor que acostumbrarlos a callarse desde ahora.

El que la gente no pueda expresar su opinión en contra del gobierno, el que los gobernantes estén viendo la forma de censurar un medio abierto de comunicación, el que el mismísimo vicepresidente ande conduciendo una cacería de brujas (sea o no cierto), el que se pretenda tomar acciones "legales" contra los que insultan a un político en función de gobierno, son algunos indicios de que Bolivia está viviendo en una dictadura, una asquerosa dictadura.