miércoles, 28 de diciembre de 2011

Mi enfermedad

Estoy enfermo, no sé que tengo y, lo peor, es que los médicos tampoco saben que tengo.
Son varios médicos que me han visto, me han dado el mismo tratamiento en principio, luego de decirles - y demostrarles- que no ha funcionado me han dicho todos lo mismo: análisis/estudios.
Sangre, orina, heces, secreciones faríngeas, endoscopía, electrocardiograma, y un larguísimo etcétera que concluye en la tomografía sólo dicen una cosa: soy un tipo sano que tiene síntomas de cosas graves, esta tarde la cita es con otro especialista: el psiquiatra.
Espero que la enfermedad, sea la que sea, sea curable, o por lo menos lo suficientemente interesante...

jueves, 1 de diciembre de 2011

Adiós papá

Lo único que pudo decirme mi hermana antes de romper el llanto fue "el papá está muy mal", luego me pasó con una tía que pretendió terminar la explicación, unos minutos después estaba yo alistando el equipaje.
Llegué a tiempo para verte con vida, si a eso le podemos llamar vida, llegué a tiempo para decirte que te quiero mientras acariciaba tu mano moribunda, llegué a tiempo para pedir perdón por no ser el hijo que debí ser, llegué a tiempo para darte un encargo final de mi madre, llegué a tiempo para ser testigo de tus últimos momentos, llegué a tiempo para decirte "no sufras papá, estamos contigo", llegué para ver a mi hermana llorando, sin palabras, llegué para escuchar a mi abuelo decir "no pudimos ni podemos hacer nada, se está apagando de a poco", llegué a ver a mi familia después de mucho, tristemente mucho, tiempo.
Al mediodía el altavoz llamó a tu familia a la unidad de terapia intensiva, fuimos mi tío y yo sabiendo de lo que se trataba, los amigos consiguieron un lugar para tu descanso, unos minutos después, después de las cuentas del hospital y las llamadas respectivas, irrumpí de manera ilegal en la morgue, por última vez acaricié tu cabello, te dí un beso en la frente, no soporte más y salí.
Un día después llegaron algunos más de la familia, te lloramos, te velamos, y la mañana siguiente te enterramos, te lancé una flor a la tumba diciendo "chau papá, dale un beso a la abuela".
Sabemos que tu deseo fue que te incineremos, y que esparzamos tus cenizas en el río donde nadabas de niño, donde ganaste ese amor por la naturaleza; es una promesa que te debemos, pero circunstancias ajenas a todos nos impiden hacerlo de inmediato, "en febrero será posible" dicen algunos técnicos.
Descansas en un lugar bonito, entre amigos que tú mismo enterraste antes, frente a un hermoso árbol, en un jardín que casualmente es como los que te gustaban, descansas al fin, ya no estás sufriendo esa maldita soledad, no tienes que cargar la enfermedad, ni la pobreza, ni las tristezas, tu última época fue muy dura y ya pagaste el precio, descansa en paz.